Darse un baño caliente es algo más que una cuestión de higiene personal, es todo un
placer, con el que limpiamos cuerpo y espíritu.
Después de
un largo y estresante día es muy recomendable tomar un baño relajante, liberándonos
de las tensiones del trabajo, y relajando cuerpo y mente, propiciando un
momento íntimo de reflexión personal.
Un baño
puede ser muy beneficioso, pero si además le añadimos un puñado de sales,
mejora la circulación, reduce la tensión, mejora las irritaciones de la piel,
los eccemas, es recomendable en tensiones y lesiones musculares.
Las sales en
el baño purifican la piel, eliminan el sudor, limpian los poros y las toxinas. Además tienen minerales y nutrientes que
ayudan a mantener la piel suave y aportan magnesio, potasio, calcio, bromo y
sodio.
- Magnesio: Ayuda a mejorar el estrés y la fatiga.
- Calcio: Evita la retención de agua, prevención de osteoporosis.
- Potasio: Mejora la hidratación.
- Bromo: Mejora la tensión muscular.
- Sodio: Es imprescindible para el mantenimiento de la os-molalidad de los líquidos corporales.
Para
un baño relajante en casa es muy importante crear un ambiente adecuado. Es recomendable utilizar luces tenues y
suaves, si el baño no tiene luces regulables entonces se puede ambientar con
velas aromáticas, preferentemente de
lavanda para ayudar a reducir el estrés. Ambienta el baño con música relajante que
ayude a desconectar la mente y alejarla de preocupaciones. Esto dará un toque especial, haciéndote sentir
como en un Spa.
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